Probamos el BYD Seal U: así se comporta en las carreteras españolas

BYD lleva ya un año en España, tiempo en el que le ha dado tiempo a contar con una gama de vehículos que se extiende a seis, todos ellos, de momento, eléctricos. El último en llegar ha sido el BYD Seal U, cuya denominación se parece más de lo que debería a la del Seal berlina. El modelo que hemos probado no sólo es un SUV, sino que parte de una plataforma diferente a la de éste.

El Seal U es mide 4,78 metros de largo, un tamaño algo superior al de rivales como el Volkswagen ID.4, el Skoda Enyaq o el Toyota bZ4X, a los que por concepción y potencia se enfrenta. Eso sí, su gama es simple. Tan sólo se vende una versión de 218 caballos que se puede asociar a dos baterías que permiten un máximo de 420 y 500 kilómetros de autonomía.

Es precisamente la versión con la batería más capaz, con 87 kilovatios hora, la que hemos probado en las carreteras españolas durante la presentación nacional del modelo y desde luego la que nos parece más adecuada. El Seal U es un coche de evidente carácter familiar que muestra sus mayores fortalezas en cuanto a comportamiento al viajar por autopista, con lo que ese extra de autonomía que ofrece resulta fundamental. A falta de probarlo más en profundidad, logramos mantener el consumo energético cerca de los 20,5 kilovatios hora a los 100 kilómetros homologados, lo que pemitiría recorrer más de 400 kilómetros reales entre cargas.

El comportamiento dinámico del SUV destaca por primar el confort sobre el dinamismo, algo lógico si se tiene en cuenta el carácter del que hablábamos. La suspensión se nota más blanda que en cualquiera de sus rivales, algo que permite elevar esa sensación de comodidad también en entornos urbanos, donde su tamaño le hace ser, en parte, un extraño. Además no se aprecian más oscilaciones de las esperables en la carrocería al afrontar virajes a cierto ritmo, ni en frenada ni en apoyo, algo en lo que lógicamente influye que el peso se concentre muy abajo. Eso sí, al decelerar se hacen evidentes los 2.147 kilos que pesa el Seal U, punto agravado en parte por un tacto de pedal no muy sensible que hace incurrir en ciertas imprecisiones, especialmente en las frenadas leves. Respecto a la respuesta de la dirección hay que decir que es suave y capaz de transmitir bien lo que sucede en la carretera con una precisión que no alcanza el sobresaliente por causas ajenas a ella y comentadas en este párrafo –suspensiones orientadas al confort y peso, principalmente–.

Los 218 caballos que ofrece el motor del BYD Seal U son más que suficientes como para afrontar cualquier reto que nos proponga el día a día. De hecho, el carácter del mismo no varía notablemente aunque se cambie de modo de conducción. Se obtiene siempre una respuesta suave y progresiva... salvo que se pise de golpe y a fondo el acelerador. Ahí se nota un punto de brusquedad que puede provocar pérdidas de tracción si se hace desde parado, consecuencia de ser un vehículo de tracción delantera.

La vida a bordo del BYD Seal U no es sino una muestra más de los objetivos que persigue la marca china con este coche. El espacio disponible tanto en la parte delantera como en la trasera es sobresaliente –el maletero, por su parte, ofrece 500 litros, menos que el ID.4 o el Enyaq pero más que el bZ4X–. De hecho, en la zaga incluso un tercer adulto puede viajar con aceptable comodidad, algo a lo que ayuda la ausencia de túnel central. También tiene su porcentaje de responsabilidad el buen aislamiento acústico del habitáculo y unos acabados y materiales que están por encima de los de sus rivales, aunque un pasito por detrás de los de marcas 'premium'.

Lo que no nos gusta tanto es que el BYD Seal U fíe el control de todas las funciones del coche a la pantalla digital que preside el salpicadero, que puede ser de 12,8 o de 15,6 pulgadas. Nosotros hemos probado esta última, tan grande que su visión queda entorpecida por el volante levemente si éste va en la posición más próxima al conductor posible. No obstante, como sucede en otros modelos de la marca, la pantalla puede rotar 90 grados para situarse en posición vertical, lo que elimina el problema. En todo caso, y aún reconociendo el buen funcionamiento del entramado digital del Seal U, siempre nos parecerá más seguro que ciertas funciones dependan de controles físicos. Por lo demás, en el habitáculo hay dos superficies para carga inalámbrica de móviles en el acabado más completo y cuatro puertos USB-C.

¿MERECE LA PENA COMPRAR EL BYD SEAL U?

El BYD Seal U es un gran coche en términos generales que además se ve acompañado por un precio muy interesante. La versión que hemos probado cuesta 45.970 euros, cifra que se puede quedar en 35.580 con financiación y Moves. La variante con menos autonomía mejora esas cifras hasta 42.290 y 32.080 euros respectivamente. Respecto a los rivales que hemos nombrado en este artículo tan sólo es más caro que el Toyota y por apenas 290 euros –hablamos del PVP–, pero en todo caso es un SUV de mayor tamaño que permite viajar con más comodidad. ¿Cómo de idóneo es tener un eléctrico para completar largos recorridos en España? Eso es otro cantar...