Aston Martin T.AX Concept: el potencial Valhalla de los 90

Nos situamos a finales de la década de los 80, cuando Ford se hace con el control de Aston Martin, momento en que ésta adolecía de una gama bastante anticuada de modelos que necesitaba casi desesperadamente un soplo de aire fresco. Ya había comenzado a hablarse de lanzar un deportivo de acceso a la gama, pero los planes nunca salieron adelante hasta que la misma Ford tomó bajo su ala al otro gran británico: Jaguar.

La marca del felino había estado trabajando desde principios de década en un ''F-Type'' con diseños que nunca llegaban a recibir el visto bueno. Una rama de los mismos quedó plasmada en el artículo del Project XJ41 de SoyMotor.com. Lo cierto es que, tras cancelarse el mismo, Tom Walkinshaw Racing, la división de competición, recibió la orden de adaptar las líneas de aquel XJ41 sobre la nueva plataforma del XJS, con la consecuente reducción en costes. El proyecto se bautizó como ''XX'', y en el mismo participaba un tal Ian Callum.

Aun así, y por alguna razón todavía sin especificar, Jaguar y Ford decidieron cancelar definitivamente el proyecto. Ello llevó a que ambas partes, TWR y Aston Martin, unieran fuerzas para sacarlo adelante en la forma del DB7 que vio la luz en 1993, con su máximo responsable, Walter Hayes, a la cabeza.

El resultado fue un éxito, pero la marca inglesa veía ciertamente necesario la llegada un auténtico deportivo purasangre para enfrentar a marcas como Lamborghini, Porsche o Ferrari, algo con lo que no contaban en su catálogo. Sus coches estaban orientados al estilo de los gran turismo y su última creación contaba únicamente con una mecánica de seis cilindros —el V12 no aparecería hasta 1999—.

Comenzó el experimento del T.AX —acrónimo de Tom’s Aston Experimental— bajo la idea de crear por primera vez un vehículo de motor central con motor V8. Las líneas fueron obra también del maestro Callum, quien le otorgó un aspecto fluido, en consonancia con el DB7 y su lenguaje de diseño, pero a la vez con carácter propio. A destacar el alerón integrado de la zaga.

El objetivo pasaba también por que pudiese tomar parte en competición en la ferviente categoría de los GT. Se llevó a finalizar un modelo a escala real, visualizado en las fotografías tomadas por el propio Hayes en su día, aunque sin ninguna clase de interior. Por desgracia, la firma no vio suficiente el potencial del mismo y decidieron derivar las inversiones a mejorar el DB7 y al proyecto Vantage. En su momento, Ferrari tenía el 355 y allanaba el camino al 360 Modena. Porsche presentaba la nueva generación de su 911 996 y Lamborghini sorprendía con el Calà Concept, un concepto extremadamente parecido al del Aston, que igualmente no llegó a recibir luz verde, aunque éste sí era funcional. Estos hubiesen sido sus principales rivales en el mercado.

El siguiente experimento de Aston Martin con motor central fue el AM 035 de 1999. De la misma manera, iba a cubicar un V8, de origen Jaguar, e incluso se habló de la posibilidad de verlo en formato descapotable. De la misma manera, el estudio se quedó en una mera maqueta a escala, aunque las líneas maestras, sobre todo las del frontal, verían la luz con el DB9 y Vantage, ambos con motor delantero.

El Valhalla es el próximo modelo en la rampa de salida y el que parece que por fin llevará esta arquitectura de motor V8 en posición central a un ejemplar de la marca alada, en esta ocasión biturbo y de origen Mercedes-Benz.