Gracias, Miami

Batacazo estrepitoso de Liberty Media en casa, en Estados Unidos. Querían Sprints, querían circuitos urbanos en lugares inimaginables… querían cambiar la Fórmula 1, pero este fin de semana ha quedado demostrado que no todo vale.

Hasta ahora, los Sprints se habían ‘salvado’ –por decirlo de alguna manera– gracias a los espectaculares circuitos clásicos. No es casualidad que llevasen este formato a Silverstone o Interlagos para empezar. Quisieron buscar la aprobación ‘forzada’ del público y lo único que encontraron fueron infinitos cambios en el formato año tras año, lo cual indica que no funciona.

Los dos primeros Grandes Premios de Miami ya fueron de los que rozan el ‘momento siesta’, pero en esta ocasión ha ido un paso más allá: una Clasificación del Sprint rarísima, un Sprint soporífero y una Clasificación en la que muchos equipos aún no entienden nada. Véase a Daniel Ricciardo o los Mercedes.

Gracias a Miami por haber demostrado por partida doble que es el peor circuito que hay actualmente en la Fórmula 1. Primero, por no ser capaz de tener un asfalto en condiciones para que los monoplazas rueden a su máxima capacidad; segundo, por dejar ‘KO’ al formato Sprint tras todos esos espejismos en otros circuitos.

Pero, aunque parezca contradictorio, también quiero dar las gracias a Miami por ese asfalto tan ‘indomable’. Ha habido muchos errores a la hora de juzgar el agarre este fin de semana… y ello ha quitado ciertas caretas, una vez más, en la FIA.

Sí, hablo de Lewis Hamilton y ese incidente en la primera curva del Sprint. ¿Te llevas por delante a tres pilotos? No pasa nada. Pero a Fernando Alonso, por un accidente de George Russell en el que ni se tocaron, le metieron un ‘drive through’ en Australia. Van como pollos sin cabeza y todo el mundo lo ve… menos ellos, claro.

Gracias a Miami por enseñarnos, una vez más, que Liberty Media está más pendiente de los VIPS y las fiestas fuera de pista –según lo que se percibe en la retransmisión del Gran Premio, el ‘paddock’ parece una discoteca– que del espectáculo por el que millones de aficionados pagan –ya sea para estar ‘in situ’ o para verlo por televisión–.

No se puede estirar tanto la cuerda. El tema de los circuitos urbanos se le ha ido de las manos a Liberty Media. En el Sprint, los adelantamientos iban ‘a cuentagotas’. Es más, ¡un Ferrari no ha podido pasar a un RB por la cuarta posición! Y el ‘show’, por supuesto, queda mermado.

No sé si esto hará reflexionar a los ‘peces gordos’ de la F1 o si seguirán por este camino. Desde aquí, lo único que puedo hacer es dar las gracias a Miami por habernos mostrado la peor cara de muchas de las decisiones tomadas por Liberty Media en los últimos años. Y sí, en Estados Unidos puede haber un ‘boom’ gracias a Netflix y todo lo que quieran, pero el ‘grueso’ de aficionados, los que llevan muchos años viendo carreras, empiezan a cansarse. Me incluyo entre ellos.

Es más, tengo que confesar que es la primera vez en muchos años que no tengo ganas de ver la carrera de mañana. La veré, por supuesto, pero sin ganas. Gracias, Miami.